Seguidores

miércoles, 4 de enero de 2012

Instante 44



Llevo media hora delante del teclado, pensando en qué quiero escribirte, sin darme cuenta de que el problema es que ya no tengo nada que decirte.
Que ya no tiene ningún sentido todo esto y que me da vértigo.
Que todo lo que fue, que todo lo que pudo haber sido, ahora sea nada.
Que lo único que quede de ti sea que suene aquella canción que me recuerda a nosotros o una mesa vacía en la zona apartada de un bar irlandés.
Y me emborracho de recuerdos que quizá ni siquiera existieron porque no consigo entender esa facilidad tuya de borrónycuentanueva.
Y ya no me consuela que no seas bueno para mí; ya no me consuela nada.
(Y hoy, justamente hoy,  llueve)

No hay comentarios: