Seguidores

lunes, 31 de octubre de 2011

Instante 34


Necesita estar sola. Luego se apodera de Ella un extraño sufrimiento.
No la necesita. Está sola.
Aquella idea la hace sentirse aún peor.
No tiene hambre, ni sueño, no siente nada.
Permanece así, boca abajo. Sin saber por cuánto tiempo.
Paulatinamente, vuelve a ver aquella habitación en días más felices. Cuántas veces por la mañana, al despertarse, ha encontrado su reloj sobre su mesita; cuántas veces sus llaves; cuántas veces han estado juntos en aquella cama, abrazados enamorados, deseándose.
Sobre esas sábanas que él le regaló diciendo que eran su propio pequeño cielo y que allí nuca pasaría nada..
Sonríe.
Recuerda aquellas piernas calientes sobre las que ella apoyaba cada dedito de sus pies helados. Después de haber echo el amor, cuando se quedaban allí, charlando, mirando la luna por la ventana, la lluvia o las estrellas..
¿Dónde queda ahora aquella seguridad que rondaba sus sábanas, aquella muralla irrompible que los separaba a ellos dos del resto del mundo?

domingo, 30 de octubre de 2011

Instante 33

Viviendo..Comprendí que nadie te compra la vida, ni tu alma gemela, ni tus amigos, ni siquiera uno mismo puede, y por triste que suena, nunca sabemos si estamos escribiendo por última vez, si besamos por última vez, si abrazamos por última vez..
Todo llega a su fin como miles de canciones transmiten.
Y tengo miedo de eso. Aún soy demasiado joven.
Pero más miedo tengo a darme cuenta de que no he vivido lo suficiente como para reír más, conocer más personas y, de paso, darme cuenta del tiempo que perdí con otras.
Y quizás todos tengamos el mismo miedo sin nos ponemos a pensar.. ¿Y si no lloramos lo suficiente como para desahogarmos por completo? ¿Y si nos falta amar más? O peor aún, ¿Y si todavía no amamos ni nos sentimos amados aún?
Sé qué tengo mucho que contar, que disfrutar, y por alcanzar y no pienso quedarme con ganas de nada..

sábado, 29 de octubre de 2011

Instante 32



Cómo deseaba que las miradas que cruzábamos me infundieran el valor suficiente para aventurarme a deslizar un dedo por sus labios, detenerlo sobre el inferior y luego comenzar a besarle introduciendo la lengua muy despacio en su boca.
Y tocarle la suya, aquella víbora húmeda, inquieta y fiera capaz de sentir cosas tan retorcidas y mordaces..
Y sentirle estremecerse, como mercurio y lava hirviendo bajo tierra, agitando aquellos pensamientos antipáticos que siempre se le ocurrían dentro de esa caldera llamada Leiva. Quería meterme en su boca, poder absorber su veneno cuando me mordiera, dejar que mi lengua domesticara la suya, que se convirtiera en fuego desatado y, en nuestra lucha a muerte, dejar que su lengua buscara la mía una vez provocada su ira.

martes, 25 de octubre de 2011

Instante 31




Por las noches, puedo ser la persona más encantadora que conozcas y al despertar, por las mañanas, la más odiosa.
Puede que sea un poco rara.
Con el tiempo verás que soy de extremos, que conmigo es blanco o negro: o algo me gusta o no puedo ni verlo.
Un día me verás llorando por los suelos y al siguiente dando saltos de alegría en lo más alto.
Mis sonrisas te pueden embobar, pero tengo miradas que espantan.
Habrá días que estaré 24 horas contigo, abrazándote, agobiándote, haciéndote reír. Otros, sin embargo, notarás que no estoy aquí, que nada me incumbe y nadie tiene que ver conmigo, esos días te aconsejo que no te esfuerces ni en tocarme.
También te darás cuenta de que me doy entera a todo, que las cosas, cuando decido hacerlas, las hago bien o ni me molesto en intentarlas.
Que cuando lloro lo hago hasta soltar la última lágrima y soy muy dada a hacerlo, que cuando río se me sale toda la fuerza en cada carcajada, que cuando me enfado lo hago con toda mi energía, que cuando grito me dejo la garganta, y que cuando beso lo hago como si fuera la última vez.
Después de darte cuenta de todo eso sabrás, si eres un poco inteligente, que cualquier día, a cualquier hora, me puedo ir de tu vida tal y como llegué; sin esperarlo, con fuerza y de repente.
Para ese día ya habrás descubierto que es inevitable cogerme cariño.

jueves, 13 de octubre de 2011

Instante 30



Los sábados tampoco son como para tirar cohetes, comenté.
El desayuno, en casa o quizás fuera, siempre la sensación de que los demás son más felices por el mero hecho de ser.. los demás.
Y luego, las dos horas inevitables haciendo la colada y mirando embobada la lavadora, donde tienes la impresión de que bien podrías quitarte la piel para meterla a lavar junto con los calcetines y, como un crustáceo que se ampara bajo una roca, esperar a que te hagan una identidad nueva, con la esperanza de reinventarte gracias a lo que finalmente salga de la secadora.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Instante 29




Ella está confundida.
Por los gritos, por la rabia, por el amor rebentado, por el dolor físico, un corazón roto, una amistad partida, una emoción despedazada, un sentimiento turbado, curvado y cortado.
Así se siente.
Con la música zumbando intensamente en la cabeza y una fragilidad interior, una sutil aflicción, una lágrima repentina y el deseo de no hablar.
-¿Qué pasa?
-Se ha acabado y ya está.
¿Acabado? Esa palabra es casi como un grito desgarrador.
Al oírla pronunciada en su mente, su corazón parece retorcerse y extenderse como una goma elástica de absurdas capacidades, tensa como un arco violento y listo para lanzar la dolorosa flecha, más y más tensa, hasta lo inverosímil, hasta romperse como en cinco cuerdas de un instrumento llevadas a la exasperación, el último suspiro de un viejo cantante de rock en su último bis, el último canto de un viejo cisne, ya ronco.
Cuánto echa de menos esos ojos.
Querría sentir eso y mucho más.
Ni siquiera el peor de los dolores físicos puede compararse con el que siente en éstos momentos su corazón.
El absurdo de ese neumático vacío, la ausencia total de todo, como respirar en un mundo sin aire, como beber de un vaso vacío, como tirarse a una piscina sin agua, la ausencia de cualquier sonido, palabra, color, alegría, felicidad, sentimientos cristalizados, como si el mundo se hubiera partido por la mitad.
Así es el vacío desgarrrador que siente Ella.

domingo, 9 de octubre de 2011

Insante 28



Yo quiero lo que tú quieres. Tú quieres lo que yo quiero.
Y ninguno de los dos sabemos lo que queremos.
Tu eres todo y eres nada.
Todo, si tu voz se enciende. Nada, si tu voz se apaga.
¿Qué importa que el corazón pueda tener sus razones cuando no tiene razón?

miércoles, 5 de octubre de 2011

Instante 27


Te miro a los ojos y sonrío.
Tú me contestas cómplice.
Miro tus labios, esos labios que conozco de memoria hasta el mas mínimo detalle y que me encantan.
Tomo tu mano, te acerco a mí.
Tú te dejas llevar, me apretas los dedos en una forma de asentimiento.
Y ahí estamos frente a frente, yo te observo hacia arriba por los quince centímetros de diferencia de altura que tenemos, pero eso es magnífico, porque quedo a la distancia precisa para nuestros abrazos perfectos en los que posas tu barbilla en mi hombro.
Te miro, y tú me estas sonriendo mientras te acercas.
Al ver cómo vienes hacia mi, recuerdo ese sentimiento del primer beso, ese nerviosismo, esa presión en el pecho que me hacía comprobar lo completamente enamorada que estaba de ti, y ahí estaba ese sentimiento nuevamente, esa misma presión, la ansiedad, pero con la seguridad de saber que me quieres como yo a ti, la seguridad de saberte mío.
Cierro los ojos, siento tu olor, tu calor, tu cercanía, tu cuerpo… apreto tus manos, y me dejo llevar, porque yo ya no soy la que maneja la situación, ahora tú estas al mando, tu me guías, y yo me dejo. Siento el roce tierno de tus labios, y pienso en como será esta vez. Me intriga, me da curiosidad descubrir lo que inventarás para hacerlo especial, diferente a los miles anteriores, pero tú me sacas de mis pensamientos..¿estás conmigo?
Sí, estoy completamente ahí, contigo, para ti. Y ese es el preciso instante en que el tiempo se detiene, el reloj para, el mundo deja de girar, el universo cesa su expansión, todo lo ajeno a nosotros dos deja de importar..porque estamos unidos en un beso, unidos por nuestros labios, por el contacto de nuestros cuerpos, el entrelazamiento de nuestras manos y todo lo demás se desvanece.
Joder, cuánto te quiero.
Me acercas más a ti, me besas y me abrazas fuertemente a la vez, me haces sentir que te pertenezco.
Cerramos los ojos dejándonos llevar, pero no puedo evitar abrirlos, necesito verte.
Te traigo hacia mí, nos reímos, siempre nos pasa, somos tan infantiles..
Así nos quedamos un instante, descubriéndonos nuevamente, sintiendo, riéndonos. Pienso en tantos detalles que podría agregar, pero me da vergüenza describir los aspectos particulares, tú ya sabes perfectamente como me gusta que me beses, sabes como hacerme sentirte, sabes la intensidad precisa, la duración exacta para dejarme deseándote, y te ríes, siempre lo haces, es parte de la rutina, alejarte y mirarme sonriendo, te gusta verme quedar de ojos cerrados esperándote. Te burlas. Pero yo te conozco, se que te diviertes, por eso lo permito y continuo mi actuación, abro mis ojos y te veo sonreír, te quiero tanto.
Me acerco y me levanto para tratar de alcanzarte, tú no te mueves, quieres que yo llegue hasta ti. Sabes que es difícil y me ayudas un poco, te divierte verme como una niña saltarina buscando tus labios.
Me miras con cariño, adoro esa mirada, te quiero, y te lo digo justo cuando estoy nuevamente rozando tus labios.
Tú no dices nada porque tengo tu boca ocupada.
Esta vez es un beso apasionado, casi desesperado, porque buscas la forma de responder a mi declaración entregándome todo en ese beso, y yo siempre lo supe, por eso lo hice así, por eso ahogue tu respuesta con mis labios.
Te alejas, me abrazas..
ese abrazo perfecto que me hace sentir completamente protegida..
Y te abrazo, te siento, te quiero..

lunes, 3 de octubre de 2011

Instante 26



El miedo genera reacciones estúpidas, absurdas. Miedo a perder, miedo a ganar, miedo a estar, quedarse o marchar. Arriesgar todo o nada.
Ganar para perder. Para ganar.
El orgullo se dijiere mejor con leche fría, chocolate y galletitas. Como aquellos mediodías desayunando en la cama, haciendo nada pero sintiendo toddo.
Llenando sus sábanas frías, de invierno polar, de migas, sonrisas y besos..