Yo quiero lo que tú quieres. Tú quieres lo que yo quiero.
Y ninguno de los dos sabemos lo que queremos.
Tu eres todo y eres nada.
Todo, si tu voz se enciende. Nada, si tu voz se apaga.
¿Qué importa que el corazón pueda tener sus razones cuando no tiene razón?
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