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jueves, 13 de octubre de 2011

Instante 30



Los sábados tampoco son como para tirar cohetes, comenté.
El desayuno, en casa o quizás fuera, siempre la sensación de que los demás son más felices por el mero hecho de ser.. los demás.
Y luego, las dos horas inevitables haciendo la colada y mirando embobada la lavadora, donde tienes la impresión de que bien podrías quitarte la piel para meterla a lavar junto con los calcetines y, como un crustáceo que se ampara bajo una roca, esperar a que te hagan una identidad nueva, con la esperanza de reinventarte gracias a lo que finalmente salga de la secadora.

1 comentario:

bea:) dijo...

es muy bueno tu blog :)